martes, 31 de marzo de 2020

Tres cerditos y un lobo: fábula para psicólogos

Érase una vez un lobo muy fiero, llamado Episteme, que abandonó su manada por diferencias con el macho alfa de su grupo. Condenado al ostracismo, el lobo vagó y vagó por grandes llanuras. A su paso, Episteme iba encontrando a su paso, dóciles rebaños de ovejas organizadas, unas eran de la granja Matemáticas que estaban perfectamente ordenadas y hablaban la misma lengua y estaban enclaustradas en un redil cuadrangular electrificado y regulado por diferentes amperajes en función de la proximidad. Otras campaban a sus anchas deperdigadas por la llanura. El granjero que cuidaba Matemáticas, era un ermitaño meditabundo, jamás salía de su casa, desde allí controlaba perfectamente a su rebaño y a su perro pastor, llamado Eratóstenes. Al cánido le pareció demasiado complejo desbaratar aquella granja. Siguió caminando y no muy lejos de allí estaba Física, la granja de un viejo y sabio anciano de gruesos lentes y labios leporinos, siempre ensimismado mirando al cielo. Ésta parecía una buena oportunidad. El rebaño se veía "fractalesco" en su ordenamiento sin embargo, el perro que cuidaba el hato de lanar, Entrópico, era un perro avispado que aparecía y desaparecía de tal modo que era como si estuviera en todos los sitos al mismo tiempo, su posición variaba en función de quién lo observara. Episteme, que comenzaba a notar el cansancio en sus patas traseras, recorrió apenas un kilómetro más y vió una granja llamada Química, donde los bóvidos que allí habitaban tenían unas buenas carnes prietas y lucían una florida cornamenta. Aquí también había un perro, llamado Tesla, pero éste estaba fuera del recinto y daba vueltas al mismo con una velocidad indescriptible, cual spin del electrón.

De repente, Episteme vislumbró una pequeña ladera y una montaña en el horizonte. Pensó -
¿me quedo en esta ladera, que parece segura y donde hay una granja llamada Biología?- Aquella granja tenía un microclima, animales variados (su jefe siempre insistía en la variación de la ingesta) aquí también había un perro guardián, bien fornido, llamado Clenbuterol y un can muy ágil y de mirada procaz llamado Prótido. La entrada se veía con dificultad debido a la vegetación abundante a su alrededor. Tras pensarlo dos veces realizó un gesto de desconfianza moviendo la cabeza hacia atrás y a la vez adelantando una de las patas delanteras, casi por inercia siguió caminando.

Episteme estaba ya al final del camino, ante sí un repecho, una subida medianamente larga y al final una cabaña destartalada, seminueva pero muy deteriorada. El letrero colgaba como un péndulo del frontispicio y decía: Psicología, heme aquí. El olor a chancho era casi hediondo, nauseabundo, bordeando lo obsceno, lo cual le fascinó y le recorrió un impulso irresistible por revolcarse en esa carne que ya imaginaba desmembrada entre sus fauces de mañoso predador. ¡Tres cerditos ! Exclamó por encima del susurro sibilante que le caracterizaba al acercarse a una presa. Casi se le escapa un aullido amedrentador como cuando cazaba arropado por sus gregarios y fieles compañeros. Algo le hizo presentir que estaba por culminar su larga faena. Los tres cerditos respondían a los nombres de Frankl, Jung y Mara (una marranita muy simpática). Los tres estaban aterrorizados ante la llegada de Episteme al que habían olido debido a su agudo olfato, sobre todo, para detectar a alguien ajeno a la piara. El perro dormía plácidamente en la caseta tras un duro día de trabajo ya que se centraba normalmente en mantener a las ovejas a raya. Mara le dijo a Jung - creo haber sentido a un lobo y Skinner duerme plácidamente en su caseta, debemos alertarle pero esto hará que el lobo se precipite rápidamente sobre nosotros - . Episteme sin embargo, era todo un embaucador y estando ya cerca del aprisco situó estratégicamente una de sus elegantes y  aterciopeladas pezuñas sobre el travesaño que rodeaba el redil, con voz melodiosa y potente dijo - ¿tienen insomnio chicos ? - Jung rápidamente contestó que todo lo contrario, que él vivía soñando. Mara enmudeció en un primer momento para decir luego atropelladamente y casi con un exabrupto: - yo siempre me duermo a la hora que mis compañeros se duermen y es más, si uno no está, es porque se ha ido a hacer pis, con lo que yo me desequilibro emocionalmente. Necesito recurrir a Ptolomeo (también llamado el Coach) que me hable de las estrellas y su influencia en nuestro comportamiento. Frankl fue el más valiente y enfrentó directamente a Episteme diciéndole: -cómo un locuaz y grácil cánido como tú frecuenta estos parajes inhóspitos de la Psicología - Episteme, en principio dudó para abalanzarse a continuación de forma abrupta sobre Jung, el más débil de los cerdos, prácticamente se lo zampó de un par de bocados y al terminar eructó como un humano en plena cena de Ramadán. Aulló y salió como una centella antes de que llegara Skinner presto a salvar la granja.

No muy lejos de allí encontró donde acampar y cada noche vigilaba la granja como si fuera suya. Con el tiempo se hizo amigo de un cuervo, más negro que el azabache de Platero, el cuervo se llamaba The Scientist y trabajaba de mensajero, a él le encargó que enviara un mensaje a los cerdos. La misiva decía así: -sé dónde vivís y coméis, cuál es vuestro sustento, pronto os acecharé de nuevo, porque no hay en vuestro acervo técnicas apropiadas de huida, sistematizadas y comprobadas empíricamente como válidas frente a una amenaza, vuestra capacidad de respuesta ante un evento sorpresivo es mínima, vuestro más conocido valedor está muerto y el único que domina las técnicas de lucha y combate a la perfección es Skinner, que yace amarrado la mayor parte del tiempo en su caseta y depende de la voz de su amo (Morín) que es el granjero de moda y que se duerme en el sofá leyendo revistas de constructivismo.- Siguió: - Tantos falsos positivos, tantas veces habéis dicho: ¡cuidado que viene Episteme! y no era cierto. Cualquier día caeréis devorados por la imprudencia temeraria.

Moraleja: La Psicología debe prepararse ante las adversidades epistemológicas que se ciernen sobre ella, a saber: la insuficiente validación de muchas de sus técnicas, el elevado número de estudios con sobreestimación de efectividad o resultados falsamente estadísticamente signitificativos, la dificultad para establecer estrategias metodológicas que protocolicen la falsabilidad de sus procedimientos, la invasión de pseudociencias haciendo metástasis que impide un adecuado desarrollo de la Psicología experimental, el relativismo gnoseológico y el escepticismo radical sobre las posibilidades del conocimiento, la sobreestimación de los efectos de la personalidad y la teoría de rasgos frente a la situación, el exceso de conocimiento vulgar, sentido común y psicología mundana. Todo ello ha puesto en alerta a un conjunto no desdeñable de epistemólogos que nos aconsejan retomar el camino experimental iniciado por el conductismo y redirigido por el cognitivismo.

domingo, 29 de marzo de 2020

Lecciones del COVID-19

Hemos iniciado una nueva era, la de las pandemias por virus de estructura conocida, cuya mutación, como aquellas mutaciones que dieron origen a nuestro conocimiento del cosmos (Sagan, 1980) nos lleva indefectiblemente a donde estamos hoy. Para bien (bosón de Higgs, black holes pictures) y para mal (bomba atómica) el conocimiento humano no se detiene. Gracias al conocimiento que tenemos de nuestra realidad circundante, ésta llega a las luces del confín del universo, 14.500 millones de años luz, de forma indirecta y de forma directa, alcanzamos ya hasta los 1500 millones de años luz (De Grase, 2019).  Nuestro conocimiento del electromagnetismo y de la luz (Einstein, De Broglie, entre otros muchos) nos llevará indudablemente a los rincones más lejanos para descubrir que Spinoza no estaba equivocado al atribuir divinidad a las leyes del cosmos. Saber de estas maravillas que describo es tributo de miles de años (apenas días en el calendario de la historia universal) de humanidad, de homo sapiens sapiens. Todo ello, a pesar de la involución de los últimos años y la caída dramática del efecto Flynn. 

Una rana no conoce más allá de los límites que le establece una mosca viva moviéndose alrededor de un corto perímetro (Szamosi, 1987). Nosotros podemos hacer bastante más que eso, seremos capaces de crear anticuerpos, de generar vacunas que ayuden al organismo a crear anticuerpos, generar antigripales y seguramente exterminar a los virus de la faz de la tierra y lo más excepcional es que no se necesita ni siguiera tener FE, ni en Dios, ni en el Dios de Matrix, ni tan siquiera en la ciencia. Una brizna de Fe en el ser humano será más que suficiente, si es que necesitamos creer, sino simplemente sucederá, la ciencia (scientia - conocimiento) es inherente a nosotros, la llevamos en los genes, somos una especie auto-cognoscente (Valcárcel, 1989; Bueno, 1995) y neofílica en su acepción positiva, no en sentido ad novitatem (Morris, 1967). Y es que como dice Sagan, acumulamos tanto conocimiento que ya no tenemos dónde albergarlo en nuestro cerebro y debemos almacenarlo en bibliotecas, somos, que diría McLuhan, la galaxia Gutenberg. 

Todas las lecciones derivadas de la amarga experiencia del COVID-19 que nos afectan como especie nos deben conducir a un solo lugar: NO PODEMOS SEGUIR DILATANDO LA APUESTA POR LA CIENCIA.
Los principales enemigos de la ciencia han sido a mi juicio los siguientes:

1) Los "negacionistas" de la ciencia e incluso de la realidad misma y  aquí no sólo caben las pseudociencias, vaya timo ! (Bunge, 2010) también tiene gran culpa el relativismo y el constructivismo radical quien en su afán de mejorar nuestro conocimiento sobre las posibilidades del conocimiento mismo, es decir, por su escepticismo sobre el conocimiento (bajo lupa, de acuerdo a Brendel, 2015) abocan a la existencia de "terraplanistas" en pleno s.XXI
2) La burocracia que dilata hasta la eternidad los procesos necesarios para crear un grupo de investigación, diseñar un proyecto, evaluarlo y presentarlo, ejecutar el gasto del proyecto o simplemente comprar un reactivo.
3) Los comités de Bioética y no la Bioética , que se han convertido en los inquisidores del s.XXI y llevan a situaciones absurdas como la que vivimos en este momento en Ecuador en que todos los investigadores están recurriendo al ingenio para evitar caer en ese deletéreo proceso que les lleva a la DIS, última instancia punitiva del Ministerio de Salud Pública y que da bula o no a los proyectos presentados. Algo que se torna muy necesario pero no con los diletantes procesos, subprocesos y micro-procesos actuales. 
4) Los políticos, algunos de los cuales recurren incluso a los astrólogos antes que consultar a los científicos, no dudan en subirse el sueldo o dedicarlo a inversiones no conducentes a salvaguardar la salud de las personas. En el mejor de los casos debemos soportar su histrionismo en los medios de comunicación realizando intervenciones cual fiat lux.
5) Las políticas mercantilistas de algunas universidades aquellas que solo quieren ver al docente sentado en una oficina y marcando un biométrico puntualmente, independientemente de su producción.
6) El "paperismo" que es motor de combustión que lleva al desmedro en la calidad de las publicaciones.
7) Las falsas creencias y los sesgos cognitivos. Por desgracia nuestro cerebro, según comprendemos cada vez más, está más acomodado a decisiones inconscientes, irracionales y prejuiciosas (Heynes, 2013).
8) Ya el mismo Skinner, o hasta Freud de forma más clarividente aunque menos práctica que Piaget, nos hablaron de ese vicio de convertir relaciones ideales entre los fenómenos en relaciones reales y de cómo la naturaleza nos provee de un pensamiento animista y un pensamiento mágico (supersticioso). ambas rutinas mentales son superadas al adquirir el pensamiento lógico-formal en términos piagetianos, sin embargo, es curioso observar cómo este hito cognitivo no está presente de igual modo en todas las personas prevaleciendo en muchas a lo largo de su vida. Estas formas primitivas de pensamiento dan lugar al arraigo por creencias míticas y la no superación de las cosmogonías presocráticas (2)(4).
9) Otra limitación. El pluralismo metodológico, o haciendo paráfrasis de Bunge, la pasarela del "todo vale" o como dice Marino Pérez el eclecticismo no "totalista".  Para mentes inquietas profundizar en (3) (5).
10) La negación sistemática, la ceguera, al más puro estilo Saramago y que impide reconocer que la inversión en ciencia y en una política científica de calidad no es un gasto sino una inversión. 

Por último, haciendo un juego de letras, fíjense en la palabra LECCIONES porque con sus letras podríamos escribir SCIENCE y nos sobran 2 letras, i.e., LO entienden ?

NOTAS AL PIE:
(1) cfr. https://blogs.lavozdegalicia.es/serantes/caracteristicas-y-definicion-de-un-neofilico-neofilo/
(2) cfr. la pequeña nota en
https://encolombia.com/libreria-digital/lmedicina/pensamiento-magico/el-animismo/
(3) polémica del Simploké
(4) Permítanme una anécdota. Siendo yo Coordinador de Investigación de la UNAE (Universidad Nacional de Educación, Ecuador) y tras hacer recepción en mi oficina de un proyecto de investigación de una compañera ("se dice el pecado pero no el pecador") le consulté intrigado "Dónde está el método? Os falta el método ! - a lo que ella me contestó: "Pedro es que no hay método" (Indudablemente no lo decía, ni lo hacía por lo mucho que había leído a Feyerabend).
(5) Entrevista a Marino Pérez: https://www.temasdepsicoanalisis.org/2012/12/29/entrevista-a-marino-perez-alvarez-el-conductista-radical-i/


Si eres lector que vive fuera de Ecuador por favor ayúdanos cubriendo este cuestionario, sólo te llevará 15 minutos:

https://forms.office.com/Pages/ResponsePage.aspx?id=5S3zfmuQw0ySkvsTCmn97OYHF4T-JIZPnbRl0gLcF3hURTBJTjk1NDdFSjdINkZGVFpGRThYS1dBUCQlQCN0PWcu


domingo, 22 de marzo de 2020

Las curvas del COVID-19 y la maltratada salud mental

Ya que están empeñados en conocer curvas y hacerse epidemiólogos, les mostraré una curva antes de acometer el objetivo central de este post que no es otro que darles a conocer qué puede y debe estudiar y aportar la Psicología, como ciencia, en relación con este nuevo azote vírico que vivimos. 

En este momento en Ecuador estamos experimentando el empuje logarítmico de nuevos casos de contagio como se puede apreciar en el gráfico 1 desarrollado por el Dr. Stefano Torracchi de la Universidad Católica de Cuenca. A diferencia de otros modelos que incorporan constantes con factores de exposición y probabilidad de contagio, este modelo utiliza una cadena de Márkov y se basa únicamente en datos del día anterior y el incremento diario (n+1)

La línea azul representa los casos reales hasta el 20 de marzo en Ecuador y la línea roja representa la proyección con cadena de Márkov. En el eje de ordenadas se solapan los valores de la curva empírica (en una escala de 0 a 300) con los valores teóricos que alcanzan los 800 casos. En el eje de abscisas la variable temporal se alarga a 25 días para determinar la proyección. 

Se puede apreciar como Ecuador alcanzará aproximadamente 1000 casos de contagio para el día 25. 

El diario el País presentó un artículo con curvas comparadas de diferentes países sin embargo, estas curvas dependen de otras muchas variables contaminantes (también la nuestra) como por ejemplo, el número de tests realizados y que depende de factores socioeconómicos y también competenciales con respecto a las autoridades de cada país y sus formas de organización político-administrativa. Aquellos países que han desarrollado políticas de testeo masivo han reducido ostensiblemente el número de casos volviéndose la curva mesocúrtica rápidamente. Esta misma cuestión se planteaba en un artículo científico de la Universidad de Aragón que nos hacía comprender cómo la medida de aislamiento no es suficiente si no se hacen testeos masivos. Este artículo estaba subido en la página del CSIC en twitter y fue retirado de su host original. 

Uno de los inconvenientes mayores que encuentran las administraciones públicas ante este tipo de fenómenos sociales y sanitarios masivos es la rápida transmisión de rumores y fake news. Decía Gustavo Bueno al respecto "el rumor siempre es cierto, otra cosa es que sea cierto el rumor". Aquellas personas que pertenecen a colectivos de exclusión social por regla general son los más afectados puesto que también son los que tienen menos acceso a la formación y a la cultura. En el caso que nos ocupa se han generalizado varios rumores: 1) El COVID-19 era un virus sintético, es decir, de laboratorio, por suerte la prensa de divulgación científica sí dio cabida a un artículo en la revista Nature que lo desmiente. 2) El virus por no tener una letalidad alta (cuestión que ha de modificarse con los nuevos datos) no es peligroso. Gracias a la actuación de la OMS en este aspecto la mayoría de los países han circulando información veraz al respecto. 3) Si salgo de casa no pasa nada. Ha costado también hacer comprender a la ciudadanía el alto potencial de contagio y el peligro que supone transmitirlo a otras personas, tal vez vulnerables y por tanto, en riesgo de muerte y que esto puede suceder aún estando nosotros asintomáticos. 4) Otro rumor que ha circulado es que los jóvenes pueden estar tranquilos que ni se contagian ni se mueren. 

Ahora bien ¿Por qué los seres humanos responden del modo que lo hacen en fenómenos masivos?
la Psicosociología nos lleva al estudio de Charles Elwood, Gustave Le Bon, Gabriel Tarde que fueron pioneros de la psicología de las masas y posteriormente a Blumer e incluso el propio Dennis McQuail que magistralmente aborda esta temática en Teoría de la Comunicación de Masas y Sociedad; aún recuerdo cuándo mis alumnos de periodismo me reprochaban que se lo hiciera estudiar de "p" a "pá". No hay espacio ni es oportuno profundizar aquí sobre el pensamiento de todos ellos pero parece existir una relación inversamente proporcional entre lo masivo que resulta un fenómeno y la irracionalidad con la que responden los individuos. Asimismo, todos los sesgos cognitivos, como el de confirmación (por el que buscamos todas aquellas noticias que confirman nuestras hipótesis o creencias) o el principio de relevancia hedónica, el efecto primus inter pares, etc. Todos ellos se activan ante circunstancias como las que vivimos. 



Un autor de dudosa solvencia científica pero que plantea una hipótesis interesante es Leslie Greenberg, ingeniero y psicólogo sistémico que argumenta que la difusión de noticias se produce describiendo una curva en J (cfr. López-Aranguren, Modelos de comunicación colectiva) y que por tanto, cuanto mayor va siendo el impacto emocional de la noticia más rápido se difunde (también en crecimiento exponencial). Esto es algo que podría ser de sentido común pero lo interesante es lo difícil que es que una noticia obtenga un mínimo de impacto si no tiene mucha carga emocional y cómo nos habituamos posteriormente de forma más rápida también cuando el impacto emocional es muy elevado. 



¿Qué otros aspectos de nuestro comportamiento se deben tener en cuenta en momentos como el que vivimos?

La conducta supersticiosa, tan bien explicada por B.F. Skinner hace que por condicionamiento clásico hagamos asociaciones tangenciales e irracionales entre estímulos, como ha ocurrido por ejemplo, con el papel higiénico. Este ha sido un fenómeno donde también han funcionanado a la perfección las neuronas espejo de Iacoboni y Rizzolatti y el cortex prefrontal implicado en la inhibición/desinhibición de conductas controladas normalmente de forma cultural. La imitación o aprendizaje social expuesto por Bandura ha jugado un papel importante en esta conducta igualmente. 

Recuerdo que siempre cuento una anécdota a mis alumnos relacionada con mi tio, al cual tenía gran admiración porque era un reputado ingeniero de Madrid, sin embargo, era obsesivo-compulsivo, se lavaba las manos unas 300 veces al día ¿Han pensado ustedes si no están desarrollando ya esa sintomatología?

Hace algún tiempo, estudiaba yo Psicopatología, mi materia favorita, por allá por 1991 y nuestro profesor que sería después mi director de tesis, nos hablaba de la "Neurosis del ama de casa", creo que por aquel tiempo también hablaba de eso Rojas Marcos, el psiquiatra español que ha dirigido durante muchos años los servicios de Salud Mental de Nueva York. Pues bien, ese concepto hoy en día es impensable por la presión social, en este caso fundada, que ejercerían los colectivos feministas. Tal constructo no existe, no se asusten. Sin embargo, el aislamiento en el hogar puede hacer que se agudicen determinadas patologías, entre otras la agorafobia (que no es miedo a los espacios abiertos, sino miedo a estar en una situación de la que no se puede escapar). Asimismo, se pueden desarrollar ideas deliroides, les recomiendo en este sentido la película "La Comunidad" del director de cine madrileño Alex de la Iglesia. Por supuesto, lo más probable y humano es experimentar angustia, que puede derivar en ataques de pánico, lo cual no es grave y es tratable por medio de técnicas conductuales al uso. La literatura popular, que ha pasado de ser transmisión oral a caldo de memes ha dado ya a conocer también "la guerra de los Rose" que se libra en cada casa estos días de asueto obligado. No es tampoco el encierro muy amigo de las patologías depresivas, consabido es la afición del depresivo no sólo a quedarse en casa sino a convertirse en relleno de fajita con la manta y no salir de la cama o del sofá. 

No es necesario explicar mucho más de los riesgos que corre nuestra salud mental en estos tiempos de silencio exterior y ruido interior. La película del Joker si algo consiguió es que tomemos más consciencia de los problemas de salud mental, así los pacientes con enfermedades más graves como esquizofrénicos, trastornos bipolares o trastornos de personalidad (especialmente el trastorno límite) pueden sufrir descompensaciones y no siempre el psiquiatra está disponible. Por desgracia en la era de la salud mental la sanidad pública, por falta de recursos, tiene muy pocos psiquiatras y en la sanidad privada el coste de la consulta es muy elevada y los horarios de atención muy restringidos (salvo que uno disponga de una amplia chequera y pueda acudir al servicio privado por urgencias). 

El panorama es hostil sin duda, pero recuerden que la mayor parte de las variaciones en la conducta se explican por el contexto y que realizando cambios en nuestro entorno es posible modificar la conducta. El comportamiento humano es mayormente aprendido y del mismo modo que se aprende se puede revertir el aprendizaje. 

#QuédateEnCASA










domingo, 8 de marzo de 2020

Mary Cover Jones, psicóloga experimental

Hoy en mis clases de Métodos de Investigación en la maestría de Psicología clínica: mención en Psicoterapia, comencé hablando de la importancia de 4 mujeres en la historia de la Psicología. Dos de estas mujeres son mencionadas en este breve recordatorio. 




Mary Cover Jones, (USA) (1 de septiembre de 1896 PA - 22 de julio de 1987 CA) es conocida en nuestro ámbito científico por sus aportaciones en inhibición recíproca y desensibilización sistemática. Lejos queda el tiempo en que otra mujer clave en nuestra historia, Margaret Floy Washburn le negó el acceso a un curso que ella dictaba por sus bajas calificaciones en laboratorio. Le guste a uno o no, Mary, en un ataque de resiliencia, le dio un vuelco a la historia, trabajó con conejos implementando técnicas (v.g. desensibilización sistemática) que hoy la encumbran como fundadora de la "Terapia de conducta". Su prolija comprensión del análisis funcional de conducta y el registro observacional de la misma en El estudio del caso Peter en 1924 no serían reconocidos hasta la década de los '60; gracias a sus colaboraciones con John Wolpe y la dirección del estudio por parte del mismísimo Watson se convirtió en el modelo a seguir en terapia de conducta. Además en 1968 recibió el Stanley Hall de la APA y dirigió la división 35 de la misma, por sus estudios con población infantil durante 55 años que la colocan en el hall of fame de la Psicología evolutiva. Comprendió como nadie las bases genéticas de la conducta emocional y la importancia de las contingencias ambientales en el comportamiento, así como las bases fundamentales del condicionamiento operante. 

Resultado de imagen para mary cover jones


De esta corta reseña quiero resaltar dos cuestiones, por un lado, que las mujeres, aunque han encontrado ambientes hostiles en el pasado para hacerse espacio en nuestra ciencia,  a día de hoy son recordadas con tantos o más honores que las figuras masculinas que escriben la senda de oro de nuestra Psicología experimental (científica). Por otra parte, gigantes como Mary Cover Jones nos ayudan a no olvidar la importancia que el método científico tiene en el trabajo de investigación que nos ocupa a muchos, en tiempos de pseudociencia, que especialmente campa a sus anchas en la Psicología, herida de muerte por la apisonadora de las pseudo-terapias, las neuro - X, y el marketing. El trabajo experimental y de laboratorio, los ensayos clínicos con animales no humanos, las bases biológicas de la conducta, la importancia determinante del contexto sobre las variaciones de la conducta (porcentaje de varianza explicada) y sobre todo, la aplicación rigurosa del método científico, es algo que hoy en día se cumple esencialmente en los programas científicos de Psicología cognitiva y conductual y  harán sin duda que nuestra amada Psicología prevalezca, gracias entre otras personalidades a Miss Cover Jones. 

Destacada

¿Quiénes somos? ¿A dónde vamos?

  El 93% de la inversión en investigación corresponde a los países del G20. El descenso de inversión en la misma en latinoamérica (que repre...