domingo, 17 de julio de 2022

La hoja de ruta del escándalo

 Entre las muchas cuitas como docente universitario por más de 25 años y a título personal (que todo hay que aclarárselo oiga) se me vienen algunas de ellas de forma recurrente. Recién se publica el CWUR y siempre lo mismo. Las universidades gringas ocupan los primeros puestos, incluidas las británicas y alguna canadiense (Universidad de Toronto) que nos sorprende como la tercera mejor del mundo en investigación. Si acudimos a otros rankings que no son made in usa sucede otro tanto de lo mismo. 

Debemos entonar tal vez un mea culpa por los deberes sin hacer. La financiación de estas universidades tiene su origen en la filantropía, la Iglesia (cada vez menos) y las grandes empresas. Sin embargo, a las grandes empresas cada vez les resulta menos útil la universidad, hasta el punto de que empresarios como Elon Musk consideran el estudio universitario como entretenimiento. Por otro lado, la investigación científica es el puntal que sustenta a la universidades en lo más alto del ranking. La diferencia está no sólo en el número de investigadores de alto impacto que tienen las mejores, también en sus sueldos, casi tres veces más altos en EEUU que en España por ejemplo (aunque el nivel de vida también es otro) y seis veces superior al sueldo de un docente investigador en latinoamérica. No se sorprendan si les cuento que los gobiernos arman hasta proyectos de investigación para saber por qué sus ciudadanos quieren migrar a EEUU, cuando la razón la tienen delante de sus narices, tanto para los que trabajamos en educación superior como para otras profesiones. Y no, no es el porcentaje de PIB dedicado a Educación lo que influye, al menos no tanto como el PIB nominal o la inversión en sueldos más que dignos para los investigadores.

Volviendo al tema que nos ocupa, la diferencia ya no parece estar en la infraestructura, ni siquiera en el talento humano, en el caso de Ecuador por ejemplo, ya existen miles de ex-becarios Senescyt retornados con excelente formación en las mejores universidades del mundo buscando un empleo. En el caso de España hace muchos años que tenemos inflación de PhD (doctores). 

Seguramente haya universidades que practiquen la política de subir matrículas (en EEUU solo el 42% de los bachilleres acceden a educación superior), fondear fuera de sus fronteras, aumentar su producción con empresas afiliadas o paralelas u otras fórmulas innovadoras para mejorar sus arcas financieras sin depender de Papá Estado y poder atraer a mejores investigadores, dotarles de tiempo, libertad de investigación, infraestructura, estabilidad laboral (titularidades), formación y sobre todo, excelentes remuneraciones. La modernización y mejora continua de los entornos en que se desarrolla la institución, la innovación, la internacionalización, la inversión y la investigación deben ser prioridades. Para muchos esta hoja de ruta es un escándalo, sin embargo, los que vienen siguiéndola están en los primeros puestos de los ranking. 

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