miércoles, 16 de diciembre de 2020

Mutismo electivo en la Educación en línea

"Si la globalización no es servil a la gente y los pueblos, no es útil, no tiene razón de ser" Gonzalo Fossa, UBA, 2011.


Existen dos raíces teóricas sobre las que se elevan los estudios de mutismo electivo, originalmente el grupo de población target ha sido la infancia. Por un lado están los estudios de Wilkins que sostienen que el mutismo electivo es un trastorno específico en que el niño a pesar de tener la capacidad de hablar y ausencia de cualquier trastorno orgánico, simplemente rehúsa comunicarse. Estudios paralelos y con grupos control con mayor validez de constructo fueron los realizados por Bahid y Srinath (1985) que mantienen que se trata de un trastorno emocional de la infancia asociado con timidez patológica (fobia social), ansiedad y depresión. 

Durante este período de confinamiento, cuarentenas y restricciones de bioseguridad hemos tenido que aprender a convivir y ver las fortalezas del sistema de Educación en línea, que estoy seguro de que las tiene. Sin embargo, al tener la oportunidad de conversar con docentes de varios países latinoamericanos y europeos me he encontrado una curiosa realidad común, transcultural. La mayoría de los estudiantes permanecen con sus cámaras apagadas y en silencio, algo que no es exclusivo de los alumnos, también los docentes hacen lo propio en reuniones y eventos formativos. Esta conducta persiste incluso a pesar de las estrategias de instigación conductual para prenderlas, reforzamiento, normativas y lineamientos, etc. Es indudable que el sistema permite que prolifere la picaresca, con excusas terriblemente variopintas o abigarradas, los problemas de conexión reales debidos a la brecha digital (cfr. Martínez y Bermúdez, 2012) y probablemente otras razones que desconozco. Empero, tomando consciencia de esta realidad me pregunto: ¿Se trata de un problema emocional? ¿Se debe a la situación psicopatológica del confinamiento? ¿Es todo picaresca académica? ¿Forma parte de una subcultura del juego de roles? ¿Por qué incluso cuando se interpela a los estudiantes no contestan o tardan una eternidad en responder? ¿Es una suerte de catalepsia telemática? ¿Es un caso particular de mutismo electivo adulto? ¿Qué hay de psicopatológico en todo esto? Finalmente, todo ello conduce a una situación ridícula, un absurdo, un oxímoron más de la Educación, un paso más en el camino a la perplejidad propia la sociedad líquida de Bauman donde paradójicamente vivimos una respuesta masiva en el más puro sentido de Blumer pero con atribuciones causales individuales, cada uno hace lo que le da la gana sin importarle el otro, el proceso colaborativo que supone la educación y sobremanera el esfuerzo colaborativo que supone la educación en línea. 

Lo más importante ¿Qué podemos hacer los docentes y estudiantes ante este desconcertante y global fenómeno?

Pareciera que vivimos una nueva realidad presocrática, tenemos preguntas pero no hay respuestas y todas las reflexiones fluyen sin encontrar un paradigma férreo al que agarrarnos, no es complejidad, es perplejidad -al más puro estilo Sartre- lo que nos rodea.

Relacionado:

ver también Arrival en este blog

Para profundizar en la investigación del tema Castellano, Carrera y Crespo (2020) presentan un asombroso estudio al respecto.

Cfr. 

https://drive.google.com/file/d/1ATlwohbl6GC8rEErCqcsVU1aYmREaXwh/view?usp=drivesdk


4 comentarios:

  1. Excelente reflexió. Muy útil para trabajar en este contexto. Sería muy interesante desarrollar una investigación en Ecuador. Saludos bro

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  2. Comparto ampliamente. Felicitaciones por el blog. Saludos!

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